De nuevo aquel antiguo dicho de que “los últimos serán los primeros” cobra máxima vigencia en lo que a la Pelota se refiere pues, el último domingo de febrero fue el primero en el que las cámaras volvieron a retransmitir encuentros del campeonato desde el Frontón Labrit.
En esta ocasión asistimos al “derby” navarro en la modalidad de mano entre Oberena y Buruzgain Ulzama, dos equipos bastante igualados hasta la fecha que ocupaban la segunda y tercera plaza, respectivamente, en la clasificación conjunta del Grupo A.
Comenzó la jornada con la pugna individual entre el debutante en estas lides, Pablo Cordón, defendiendo a Oberena y el especialista de Buruzgain, Unai Astiz.
Al principio del primer juego, el jugador de Oberena se encontró cómodo sobre la cancha, mostrándose muy competitivo, sorprendiendo a su rival y alcanzando una ventaja máxima de tres tantos en el 6 a 3, lo que ponía la victoria parcial bastante cercana para los intereses del club del Barrio de La Milagrosa.
Pero Astiz no había dicho su última palabra, logró cortar la racha de Cordón para ir poco a poco recuperando sensaciones y devolver el parcial, dándole la vuelta al partido y colocándose 9 a 6. Esta remontada supuso un “subidón” en el juego de Astiz y un “bajonazo” en las aspiraciones de Cordón, que empezó a cometer demasiados fallos para acabar perdiendo el juego por 10 a 7.
Tras el paso por la silla de descanso se inició el segundo juego, en el que el primer tanto del jugador de Oberena fue un espejismo en el devenir del resultado pues, Pablo Cordón no supo atar en corto a Astiz y el zaguero de Oberena, poco acostumbrado a los duelos manomanistas, se vio superado por el empuje del delantero de Buruzgain, que empezó a acertar con el saque lo que le dio oportunidad de entrar al remate y finalizar con solvencia los tantos, para marcharse directamente hasta el cartón 10.
Primer punto para la escuadra de La Ulzama, que coloca al Grupo A de Mano Individual «al rojo vivo”, con San Cosme destacado en cabeza con 10 puntos y los otros cuatro conjuntos por detrás y empatados a 8, por lo que las próximas jornada se prometen apasionantes por lo que hay en juego.
A vueltas con el material en un partido con muchos fallos
Tras esta desigual batalla en el mano a mano, llegó el partido por parejas donde se iban a enfrentar Oian Canabal y Joseba Aldave, por parte de Oberena e Íñigo Larumbe y Andoni Gascue, defendiendo los intereses de Buruzgain Ulzama.
Aquí, los análisis previos en los corrillos de los aficionados, preveían un partido muy abierto donde el estado físico del zaguero oberenista Joseba Aldave, aquejado de “mal de manos” en jornadas anteriores, iba a tener mucho que decir en el devenir del choque.
También tuvo mucho que ver en el desarrollo de este duelo el material, donde se pudo ver el contraste entre la viveza de las pelotas de los del Valle de la Ulzama y la “tosquedad” de las de Oberena; lo que trajo ciertos “dimes y diretes” entre técnicos, jugadores y jueces antes del comienzo del partido.
Solventadas estas cuitas comenzó el encuentro con dominio de la dupla de Buruzgain que se pusieron en un “pis pas” con 5 a 0 en el marcador, apoyados por la confianza en su pelota y la cautela en la pegada de Aldave, que golpeaba la bola con el mismo cuidado con el que se camina sobre la arena ardiente de la playa;
Con este resultado llego el primer punto para Oberena, momento en el cual el primer juego dio un giro radical acompañado por el cambio de pelota de los de Oberena. Aldave dejó de lado sus reservas para comenzar a gozar de la pelota y poner en serios aprietos a Gascue, más incómodo en la cancha que Robocop en un microondas.
Canabal y Aldave completaron un parcial de ocho a cero para colocarse a dos puntos de llevarse la victoria en un juego que se les había puesto muy cuesta arriba desde el principio. Un pequeño intercambio de tantos finiquitó el choque con 10 a 7 favorable a Oberena.
En el segundo envite del partido las cosas comenzaron como en el anterior, con la dupla de Buruzgain disfrutando de las primeras ventajas. Pero de nuevo esto fue una ilusión… Con dos a cero en el luminoso, Oberena se hizo con el saque lo que aprovechó para volver a imponer su dominio, con Aldave sujetando a Gascue en los cuadros traseros y Canabal acertando en el remate ante un Larumbe desquiciado cuya precipitación le hizo cometer demasiados errores.
Con este panorama, los jugadores de Oberena hicieron diez tantos seguidos y lograron la victoria, lo que les lleva a dominar en solitario la clasificación en el Grupo A de Mano parejas.
Bienvenidas sean de nuevo las retransmisiones en un campeonato que entra en sus últimas jornadas y donde la lucha por meterse en la Fase Final y en la de evitar el descenso pondrán la sal y la pimienta a un juego tan sencillo y tradicional como apasionante.
