Concluyó la Fase Final de la 83ª Edición de la Copa del Rey, que se ha disputado en el Frontón Labrit entre el 8 y el 10 de abril y en el que el CD Oberena se ha hecho con el triunfo absoluto tras vencer en las modalidades de Paleta Cuero y Mano Parejas. El CP Urbión y el CP Puertas Bamar, con sus triunfos en Mano Individual y Pala corta, respectivamente, completaron el palmarés de este torneo que llenó el coso pamplonés de buen juego y emoción.
Las Semifinales de mano, el viernes.
San Cristóbal, representado por Xabier Santxo y Oberena, defendido por Unai Mata, levantaron el telón de la pelea individual. El partido cayó del lado del conjunto burgalés con un Santxo que supo sacar y cruzar mejor ante un Mata que no estuvo cómodo en ninguna de las fases del partido y cometió más errores de los normales, para acabar cayendo por un doble 10 a 4.
En la segunda semifinal de la pelea en solitario, una de las revelaciones del torneo, Gaizka Carregal (San Cosme), se medía ante el “especialista” de la distancia Beñat Senar (Urbión). El partido no tuvo color y, en menos de media hora, el Campeón del Mundo se deshizo (10/8 y 10/4) de un Carregal desconocido que no logró mover en ningún momento a su enemigo ni acertar en el golpeo al aire. Un dato que demuestra la superioridad del guipuzcoano fue que en el segundo juego, Senar hizo todos los tantos que campearon del marcador, los diez suyos y los cuatro de su rival.
Por lo que respecta a la pelea por parejas, Huarte y Najerino jugaron un partido durísimo en el que el primer juego cayó del lado de los riojanos Adrián Prado y David Merino. Ya en el segundo juego llegó el hecho que iba a definir el futuro del choque pues, con 5 a 4 favorable al conjunto de Nájera, Merino se resintió de una lesión que arrastraba y eso le mermó en su rendimiento. Prado intentó cubrir a su compañero con lo que tenía mucho espacio por guardar, circunstancia que aprovecharon los huartearras para llevarse la victoria en el segundo punto y en el desempate, para meterse en la final.
Su contrincante iba a ser el ganador del duelo entre Oberena y Urbión. Ambos protagonizaron un partido largo y duro donde los sorianos, con Azketa y Cabrerizo como puntas de lanza, pusieron en ciertas dificultades a los navarros, pero casi siempre defendiéndose. A todo esto, Canabal y Aldave, no variaron un ápice su estrategia y poco a poco se fueron haciendo con el marcador para acabar ganando el primer punto por 10 a 5. En el segundo juego continuó la misma línea de dureza, pero el desacierto de Beñat Azketa en el saque dio alas a los de Oberena que volvieron a vencer (10/6), para reeditar la final de la Liga y conceder la revancha al CP Huarte.
El sábado, las eliminatorias de herramienta
La matinal del sábado acogió las semifinales de herramienta, comenzando por los enfrentamientos de Paleta Cuero en el que sobresalía el choque entre el Club Natación Barcelona y el CD Oberena, en el que la pelea en los cuadros traseros se antojaba tan importante como en los delanteros. Daniel Berrogi y Javier Labiano habían planteado muy bien el partido y buscaron con denuedo la derecha de Torreblanca, provocando los fallos del gran zaguero cubano y los de su compañero Agustí Brugués. Oberena fue superior en toda la cancha y acabó venciendo por un doble 15 a 9, colocando otra de sus parejas en la final.
Su opositor iba a salir del choque entre el Puertas Bamar y Amaya, con el hándicap para estos últimos de la baja de última hora de Ibai Barón al que una inoportuna gripe apartó de la alineación titular junto a Lander Goñi. Su sustituto, Guillermo Pérez jugó a un gran nivel en el primer juego, pero no pudo evitar la victoria de Ander Landeta y Álvaro Medina por 15 a 11. En el segundo punto, Ibai Barón sustituyó a Pérez para intentar enjuagar la ventaja, pero Landeta y Medina no se dejaron sorprender por el cambio y siguieron jugando muy bien, colocando la pelota perfectamente y lejos del área de influencia de Ibai Barón. Al final los errores no forzados condenaron al Amaya que volvió a perder por 15 a 7, colocando a los vallisoletanos a tiro de “doblete”.
Acabado el cuero llegó la Pala Corta y con ella el mejor partido de la jornada, protagonizado por Puertas Bamar y Club Tenis Pamplona, o lo que es lo mismo por Carlos Baeza e Imanol Ibáñez y Miki Fernández de Lascoiti y Alfonso Echavarren.
Éstos salieron decididos a destrozar los pronósticos que otorgaban el favoritismo a los vallisoletanos y pese a los muchos errores que jalonaron el primer punto, ofrecieron un intercambio de golpes descomunal que hizo las delicias del público asistente, que vio como los navarros se impusieron en la primera manga por 15 a 12, poniendo la primera piedra en la edificación de la sorpresa.
Pero en el segundo juego, Imanol Ibáñez, al que el saque había traído por la “calle de la amargura” en el primer envite, comenzó a acertar con el disparo inicial, provocando los errores de sus oponentes que claramente fueron de más a menos, cayendo en los dos juegos siguientes, pero dejando un gran sabor de boca entre el público del Labrit.
Menos historia tuvo la segunda semifinal, en la que el Natación Barcelona, con Rubén Ayarra y Emiliano Skufca como adalides, se citó de nuevo con Puertas Bamar en una final, tras dar buena cuenta de un Oberena desconocido, en donde Mikel Sanz, mermado por una lesión, no fue Mikel Sanz e Iñaki Mariñelarena más fallón que de costumbre, no fue Iñaki Mariñelarena.
Domingo grande de finales
Tras la doble jornada de semifinales llegaron las ansiadas finales en las que Puertas Bamar y Oberena con presencia en dos de los partidos se jugaban, además de los triunfos parciales, el triunfo absoluto.
En esta ocasión los primeros escarceos se dirimieron con la Paleta Cuero, con presencia de los Campeones de Liga, Puertas Bamar, que buscaban el “doblete”, ante el CD Oberena, esperando fastidiar la fiesta al fenomenal conjunto iscariense.
Precisamente Ander Landeta y Álvaro Medina fueron quienes golpearon primero, llevándose el primer juego por 15 a 6, apoyados en los excesivos errores de sus contrincantes, Daniel Berrogi y Javier Labiano.
A éstos, con el primer juego en contra, no les quedaba otra que dar un paso adelante para intentar llevar el partido al desempate. Dicho y hecho. En el segundo acto comenzaron a jugar mejor, moviendo a Medina (que ya no estaba tan cómodo) y aprovechándose de los fallos de Landeta al que, la rotura de su paleta parece que desconectó en cierta manera del partido. Oberena devolvió el 15 a 6 a los vallisoletanos y mandaron el partido al juego decisivo en el que siguieron los derroteros del segundo, con un Javier Labiano dominador y un Daniel Berrogi secundándole a la perfección. Así el 10 a 4 hizo justicia al juego y coronó a los oberenistas como primeros campeones en la jornada dominical.
Finalizado el duelo de Paleta Cuero, cierto aroma a revancha inundó las gradas del coliseo pamplonés, pues por la bocana de vestuarios accedieron a la cancha Carlos Baeza e Imanol Ibañez, seguidos de Rubén Ayarra y Emiliano Skufca, en una reedición de la final de liga disputada dos semanas atrás entre Puertas Bamar y el Club Natación Barcelona.
Los catalanes comenzaron mejor y, tras los dos primeros tantos de los vallisoletanos, pusieron tierra de por medio con un parcial de seis a cero. Pero esto fue un espejismo, pues Baeza e Imanol comenzaron a carburar y anotaron una tacada de diez tantos para ponerse 12 a 6 y tener al alcance de los dedos la victoria en el primer juego. Aun así, los catalanes no se rindieron e hicieron sudar tinta a sus rivales que acabaron ganando por 15 a 12.
Esta intensidad en el juego y el esfuerzo al finalizar el punto pareciera que iba a pasar factura la Natación Barcelona, pero nada más lejos de la realidad, pues Ayarra y Skufca comenzaron a incomodar a Imanol haciendo que golpeara muchas más pelotas desde arriba. Esto, unido a que Baeza bajó sus prestaciones en este segundo desafío, llevó el partido a un intercambio de golpes espectacular en que el mayor beneficiado fue el público congregado en el Labrit que se rompió las manos aplaudiendo el buen hacer de los cuatro “gladiadores” sobre el “Coliseo” pamplonés.
En los momentos culminantes del juego, Baeza e Imanol se colocaron con 11 a 8 a su favor, ventaja que podría ser suficiente para proclamarse campeones, pero nada más lejos de la realidad, porque su casillero ya no sufrió más cambios y Ayarra y Skufca, desatados en su juego, se marcharon directamente al cartón número 15, que mandaba el encuentro al desempate ante el delirio de la grada que se relamía ante la posibilidad de seguir contemplando un maravilloso recital interpretado por los “cuatro tenores” de la Pala Corta.
Y este desempate no defraudó a nadie. Con la primera gran ventaja (3/6) favorable al Natación Barcelona, con la reacción de los iscarienses (9/6) y con los tantos finales en los que la incertidumbre del resultado hizo elevar la temperatura en el termómetro de la emoción.
Con nueve a seis favorable a los vallisoletanos, Ayarra y Skufca tiraron de orgullo para lograr dos tantos y acercarse hasta el 8 a 9 con el que todo podía pasar. El saque del “mago” argentino puso en juego un tanto precioso en el que se sucedieron formidables golpeos con gigantescas defensas y que finalizó con un “churro” de Imanol que fue a morir justo por encina de la chapa del frontis haciendo inútil los esfuerzos de los barceloneses por devolver la pelota.
Quizás no fue el final más apropiado para un partido de esta categoría, pero lo que quedará en la retina de los que ayer estuvieron en el Frontón Labrit será el inconmensurable partido que presenciaron y la enorme calidad de sus protagonistas.
Con el “regustillo” de la final de Pala Corta, llegó el turno de la mano y San Cristóbal y Urbión retándose en la pelea individual con Xabier Santxo defendiendo a los primeros y Beñat Senar haciendo lo propio con los segundos.
El primer juego se asemejó más a una partida de billar que a un partido de pelota, habida cuenta de las “tacadas” que se pudieron contar y que fueron definitivas (y calcadas) en el devenir del resultado. La primera (de cinco tantos), favorable a Senar y con el saque como arma fundamental. La segunda (de cinco tantos), favorable a Santxo, que tampoco sacó mal. Y la tercera (de otros 5 tantos), favorable de nuevo a Senar y que le dio el primer punto de la final.
En el segundo juego, el saque no tuvo tanta importancia y el peloteo fue mayor. Santxo salió decidido a buscar el empate y tuvo la victoria en sus manos, primero con el 2 a 6 y después con el 7 a 8; pero Santxo no estaba ayer muy “católico” y no pudo mantener la ventaja, que fue enjuagada por Senar para alcanzar una victoria tan peleada como justa.
El festival concluyó con la pugna de mano parejas en la que volvieron a sonar los tambores a ritmo de revancha, pues Huarte y Oberena iban a repetir el duelo por el campeonato de liga en el que los segundos se impusieron a los primeros, tras presentar una alineación de circunstancias motivada por la lesión de Iker Espinal.
En el primer juego, Canabal y Aldave dominaron la situación (2/10) ante un Beroiz que ejerció de recadista y un Eneko Yoldi que falló más de lo que nos tiene acostumbrado. Con este panorama, el segundo juego se presumía que transcurriría por los mismos derroteros que el primero, pero esta teoría no contaba con los pelotaris del CP Huarte que no estaban por la labor de ejercer el papel de “convidado de piedra”.
Así, Yoldi “sacó a pasear” toda la clase que atesora y dio todo un recital de juego en el que sus cortadas y dejadas, desmantelaron a los oberenistas que vieron cómo sus adversarios les devolvían el resultado (10/2) y mandaban el partido al “tie break”.
Aquí todo podía pasar y un par de jugadas de Yoldi y Beroiz, que se fueron a mala por poco, dieron el triunfo (2/5) a Canabal y Aldave, quienes extienden su dulce momento de forma que los convierten prácticamente en invencibles.
Esta victoria de los pelotaris de Yanci otorgó además el triunfo absoluto al CD Oberena en esta 83ª Edición de la Copa del Rey de Pelota, un magnífico espectáculo en el que la calidad y entrega de los pelotaris hizo que los aficionados a la pelota que se acercaron al Frontón Labrit salieran con una sonrisa de oreja a oreja; semejante a la que se pueda contemplar en la cara de un niño con zapatos nuevos…