El sublime frontón Labrit recogió ayer las finales de la máxima categoría de la competición por escuadras en esta temporada, primera donde la clasificación se realizaba de forma conjunta y llegaban a la final los dos primeros colocados en la modalidad de herramienta y el lider de cada grupo en la de mano.
O lo que es lo mismo, Club Natación Barcelona y Puertas Bamar de Valladolid, en el lado de las maderas y el Club Pelota Huarte y el Club Deportivo Oberena, por lo que a la mano desnuda se refiere.
Puertas Bamar “cierra” el campeonato
Los primeros en pisar la sagrada brea de la “bombonera” pamplonica fueron los representantes de Paleta Cuero, en la que la mejor pareja del campeonato. Los catalanes Agustí Brugués y” Yhoan Torreblanca, se medían a los vallisoletanos Ander Landeta y Álvaro Medina; en un partido en el que el resultado del mismo podía decantar hacia un lado o hacia el otro la victoria final.
Sobre el papel la ventaja era para los primeros, que ya se habían llevado el choque de la temporada regular, por lo que una de los objetivos de la dupla iscariense era lograr el mayor número de tantos posibles, habida cuenta del favoritismo de sus compañeros de Pala Corta,
El encuentro comenzó con ventajas del Club Natación Barcelona apoyado en un Torreblanca “ubicuo” que aparecía por todos los lados, soltando “estopa” a diestro y siniestro; algo irregular con su derecha, pero tremendo con su descomunal revés a dos manos comparable con el golpeo del tenista italiano Jannik Sinner (el mejor revés a dos manos del circuito) o el mandoble de la espada “Atlantean” de Conan El Bárbaro.
Así, el dueto cubano – catalán fue tomando ventajas que se fueron hasta el 11 a 5, previendo un final rápido para el primer juego. Pero Puertas Bamar no había dicho aún su última palabra. Serenando su juego y beneficiados por algún que otro error de los rivales alcanzaron un parcial de 5 a 0 para quedarse a uno en el tanteador, aumentando en muchos grados la emoción dentro del coso navarro.
Pero Torreblanca volvió por sus fueros y, con la ayuda de un acertado Brugués, se hizo con el triunfo en la primera manga, pero dejando atrás un buen número de tantos en contra (11) que podrían ser definitivos en el recuento final.
Mas en el segundo envite el panorama cambió, Ander Landeta y Álvaro Medina salieron con nuevos bríos, cargando el juego sobre el delantero barcelonés y aprovechando los errores de Torreblanca, que estaba fallando más de la cuenta. Así, en un juego que fue por “rachas” llegaron a colocarse 13 a 10, haciendo sobrevolar la sorpresa por el Labrit.
Otra nueva “ráfaga” del Natación Barcelona llevó las aguas a su cauce, colocando el 13 a 14 en el luminoso, a uno de llevarse el primer punto de la final. Pero dos nuevos errores condenaron a los catalanes que veían cómo los vallisoletanos llevaban el partido al desempate.
Más no se podía pedir.
Y en el juego definitivo, más de lo mismo, sucediéndose las idas y venidas del tanteador en favor de uno u otra pareja. La penúltima tacada correspondió a los barceloneses sujetados por un nuevo “arrebato” de un irregular Jhoan Torreblanca que se marchó hasta el 9 a 6, que se antojaba casi definitivo.
Nada más lejos de la realidad Landeta y Medina siguieron creyendo en sus posibilidades y se marcharon derechitos al cartón 10, haciendo saltar por los aires los pronósticos y venciendo de una manera tan justa como emocionante en un encuentro donde el “cubano biónico” Joan Torreblanca falló más de la cuenta y se dio de bruces contra una pared llamada Ander Landeta y un “superclase” de nombre Don Álvaro Medina, que sigue impartiendo cursos de cómo se debe jugar a paleta, al igual que hacía Herbert Von Karajan con su batuta o Nicolo Paganini con su violín.
Con el embriagador aroma del choque de paleta cuero todavía flotando en el ambiente, saltaron a la cancha los protagonistas del partido de Pala Corta: Rubén Ayarra y Emiliano Skufca, del lado del Natación Barcelona, cariacontecidos por el resultado del partido inicial; y Carlos Baeza e Imanol Ibáñez por parte de Puertas Bamar, esbozando una sonrisa nerviosa al recordar un viejo dicho que venía al pelo tras la victoria de sus compañeros: “así se las ponían a Fernando VII”…
Y así fue, un gran Imanol Ibañez, que empezó algo frío y Carlos Baeza, que complementó a la perfección a su compañero, se llevaron la victoria en el primer juego; un punto bastante igualado hasta el 7 a 7, momento en el que una jugada dudosa cayó del lado iscariense, descentrando un poco a los catalanes que ya no lograron hacer un solo tanto hasta la finalización del set inicial.
En el segundo juego hubo un poco más de igualdad, con una dupla azulada (la del Natación Barcelona), que tiró de casta para mantenerse en la pelea logrando empatar a 14 tantos a uno de llevar el partido al desempate.
Pero no pudo ser y el triunfo recayó con justicia en Puertas Bamar que estuvo por encima del dueto catalán, excesivamente fallón y que saltó a la cancha “pelín desmoralizado” por el resultado del primer partido del festival.
Oberena se corona en un duelo “descafeinado”
Tras la herramienta llegó el duelo “fratricida” en la pelota mano. El “derbi foral” entre Huarte y Oberena que rememoraba la final del pasado año en la que ambos equipos fueron también protagonistas.
Pero el choque de Mano Individual comenzó con un respingo de incredulidad de la parroquia asistente al frontón navarro pues, al lado del representante de Oberena, Unai Mata, en el calentamiento, no estba Iker Espinal sino Eneko Yoldi, habitual junto a Mikel Beroiz en el Mano Parejas.
El “primer espada cebollero”, Iker Espinal no se pudo recuperar a tiempo de su “mal de manos”, lo que obligó al técnico huartearra, Paco Caballero a hacer “encaje de bolillos” para reparar la alineación.
Así, el “multicampeón” Eneko Yoldi, que no jugaba mano a mano desde el 2017, asumió la responsabilidad en la pugna individual y el “trinquetista” Eneko Maiz ayudaría a Beroiz en la competencia por parejas.
El comienzo no le fue mal a Yoldi que, con cinco aciertos propios y cinco fallos de su rival, se llevó la victoria en el primer juego, elevándola esperanza de los aficionados de Huarte.
Pero los últimos tantos fueron muy exigentes en el plano físico y en el segundo acto esto le pasó factura a Yoldi que vio como Unai Mata le “pasaba por encima” en un juego en el que el oberenista dominó de cabo a rabo con tres saques, tres dejadas y cuatro pelotas atrás.
Partido al desempate y de nuevo la chapa al viento para ver quién disfrutaba del “disparo inicial”, tan determinante en esta modalidad. La suerte sonrió a Yoldi, pero esto fue un espejismo, un gancho que se le quedó en la mano al magistral delantero huartearra dio el saque a Unai Mata que siguió a lo suyo, haciendo gala de un juego muy serio y manteniendo muy lejos del frontis a un Eneko Yoldi que cabo entregando la cuchara bastante mermado físicamente.
Tras este primer asalto, llegó el segundo de la Mano Parejas en donde, como hemos ya apuntado, Huarte acudía también con una formación de circunstancias, donde, además del veterano Mikel Beroiz, se alineaba en los cuadros alegres un “casi” debutante, Eneko Maíz, cuya especialidad es el trinquete y por momentos estuvo un tanto descolocado en la gran amplitud del Labrit.
Enfrente, posiblemente una de las parejas más fiables de todo el campeonato, Oian Canabal y Joseba Aldave, a quienes les da exactamente igual enfrentarse a cualquier pareja del circuito, a una horda de vikingos sedientos de sangre o a los 100.000 mil hijos de San Luis.
Ambos no cambian un ápice el guion, que pasa por no cometer fallos y someter al rival a un bombardeo continuo del que no es fácil huir. Un Joseba Aldave que “gozó” horrores de la pelota y un Oian Canabal que combinaba la ayuda a su compañero con certeros remates, rompieron la “maldición” de los tres años anteriores y se proclamaron campeones tomándose la revancha ante un Huarte, que no fue el Huarte y que ya salió con medio partido perdido.
Broche de oro a la División de Honor, con Puertas Bamar y Oberena en lo más alto disfrutando de una merecida victoria. Pero todavía quedan interesantísimas citas en el calendario, como la Fase Final de Primera División, el próximo fin de semana en Aoiz o la Copa del Rey dentro de quince días, de nuevo en el Frontón Labrit… ¿De verdad que se lo van a perder?